Nuestra última historia de vida es la de Marisol Bolaños Ordoñez, auxiliar de enfermería de la sede Armenia Fundadores y quien lleva más de 6 años en nuestra organización.

El cáncer me enseñó a parar de guardar cosas para una ocasión especial. Cada día es especial y no tienes que pasar por una adversidad para darte cuenta de que hay que vivir la vida al máximo.

Esta es su historia:

Durante 2 años presente dolores en el pecho, me realizaron varios exámenes del corazón en los que no salía ningún tipo de diagnóstico relacionado con los dolores que presentaba. En una consulta con medicina familiar en marzo del 2020, la doctora me realizó un examen físico, en el cual palpo un nódulo tiroideo izquierdo; me envió control en 3 meses con reportes de laboratorios y a los 6 meses con ecografía.

En el control con los laboratorios todo salió dentro de lo normal, pero en el control de la ecografía, se evidenció que el nódulo creció considerablemente, por lo cual decidió enviarme valoración por endocrino; él me valoró el 10 de diciembre mediante tele consulta por la emergencia sanitaria por la que pasábamos en esa fecha, me envió biopsia de tiroides, la cual fue realizada el 19 de diciembre del 2020, vale aclarar que todo fue un proceso muy ágil gracias al apoyo de varios compañeros de Idime.

El resultado de la biopsia arroja CA papilar de tiroides – es el tipo más común de cáncer de tiroides.

En la valoración del 13 de enero de 2021, el endocrino concluye que es un tumor y me remite a cirujano de cabeza y cuello. Fui valorada el 1ero de febrero, me dieron orden de cirugía y valoración por anestesiología y se realizó la cirugía el 20 de febrero de 2021, ¡todo salió bien afortunadamente!

En el control post quirúrgico, se evidenció que el cáncer hacía infiltración en los músculos del cuello, por lo que me remitieron a medicina nuclear, aquí me realizaron yodo terapia el 18 de junio de 2021 esto tras varios exámenes de laboratorio clínico, ecografía de tiroides,  biopsia nuevamente en el lecho quirúrgico y rastreo corporal, luego de todo esto, el especialista de medicina nuclear me da de alta. Gracias a Dios salí victoriosa de esta, gracias al apoyo incondicional de mi familia, compañeros y de mis amistades.

Son muchos sentimientos encontrados, los cambios físicos como aumento de peso, cambio del tono de voz y fluidez para hablar, es imposible no sentir temor, frustración, miedo… pero siempre tuve la certeza de que todo iba a salir bien, mi fe siempre estuvo intacta porque tengo mis seres queridos por los cuales debía sacar fuerzas y luchar, Dios siempre fue mi mejor aliado.

De parte de mis compañeros de Idime recibí todo el acompañamiento, apoyo y cariño.

Agradecida con todos los profesionales que hicieron parte de mi proceso y ayudaron a que esta carga fuera más liviana. Por fortuna todo el proceso se dio en el mejor tiempo posible.

Actualmente, debo tener control con endocrino cada 6 meses.

Mi filosofía post cáncer, es que no hay pérdida de tiempo, no hay ropa fea, no hay películas aburridas… La ilusión y la sonrisa son tus mejores armas, disfruta del calor de tus seres queridos y que arda la esperanza. La batalla nunca se pierde cuando se ha peleado con todo lo que eres y el apoyo, la amabilidad viene como regalos llenos de fe en personas que no conocemos.