Es una condición neurodegenerativa que ocupa el segundo puesto en frecuencia en esta categoría a nivel global. Clásicamente, en el imaginario colectivo de esta enfermedad han predominado síntomas que afectan el movimiento de los pacientes, tales como temblor, lentitud y cambios en la forma de caminar. Sin embargo, desde las primeras descripciones de la enfermedad hechas por el Dr. James Parkinson, hay evidencia de unos aspectos que no involucran el movimiento y a los cuales se ha redirigido la atención en la última década, dichos síntomas reciben en forma colectiva el nombre de síntomas no motores.

Estudios recientes han mostrado que el 100% de los pacientes con enfermedad de Parkinson tienen por lo menos un síntoma no motor, y que la calidad de vida de dicha población puede verse más afectada por este tipo de manifestaciones que por las denominadas motoras que incluyen temblor, rigidez, lentitud y cambios en postura, estabilidad y marcha. En adición a lo anterior se ha establecido que con frecuencia los síntomas no motores no son diagnosticados y por supuesto no reciben un tratamiento adecuado.

Los síntomas no motores son bastante variados en sus características pudiendo ser clasificados en los siguientes grupos:

  • Anormalidades en la sensibilidad: la alteración más frecuente en este ámbito es la pérdida de la percepción de los olores. Este síntoma se puede presentar con mucha antelación al compromiso del movimiento y está presente en el 90% de los pacientes con Parkinson. Las alteraciones visuales constituyen el segundo grupo y comprenden visión borrosa, visión doble, alteraciones en la percepción de los colores, entre otras. Finalmente, el dolor que puede afectar distintos segmentos del cuerpo, con características variables tales como dolor muscular, dolor tipo corrientazo, quemadura o calambre también puede estar presente como parte de la enfermedad de Parkinson.
  • Alteraciones en el comportamiento: las personas con Parkinson pueden padecer este tipo de síntomas en más de la mitad de los casos. La presencia de preocupación excesiva, tristeza, melancolía e indiferencia, pueden pasar desapercibidas si no se hace una búsqueda e interrogatorio exhaustivos. En muchos escenarios la alteración emocional puede llegar a constituir un problema que requiera intervención médica, como por ejemplo, al configurarse trastorno depresivo, ansioso o compromiso en memoria y pensamiento que lleguen a afectar la independencia y calidad de vida del paciente y su cuidador.
  • Fallas en el control de las funciones autónomas del cuerpo (disfunción autonómica): nuestro cuerpo tiene muchas funciones automáticas que se pueden ver afectadas en la enfermedad de Parkinson, la más común en este grupo el estreñimiento. Sin embargo, este no es el único tipo de alteración que puede verse en el sistema gastrointestinal. La presencia de náusea, vómito, sensación de llenura e inflamación del abdomen son frecuentes en los pacientes con enfermedad de Parkinson. La presión arterial también es una función automática de nuestro cuerpo por lo que se puede ver afectada principalmente con los cambios de posición. La presencia de mareo o sensación de debilidad al pasar de sentado a posición de pie puede ser manifestación de dicho fenómeno. La disfunción sexual que incluye dificultad en la erección o cambios en la eyaculación, además de la pérdida de deseo sexual, también hace parte del abanico de posibilidades de alteración de funciones automáticas.
  • Alteración en sueño y niveles de energía: muchas personas que padecen enfermedad de Parkinson presentan dificultades para dormir que incluyen múltiples despertares, pesadillas y movimientos bruscos durante el sueño. Sumado a lo anterior, puede haber sensación de falta de energía durante el día que no mejora a pesar del descanso.

Los síntomas anteriormente descritos cuentan con diversas opciones de tratamiento, por lo que es clave exponerlos en la consulta médica en aras de mejorar la calidad de vida de pacientes y cuidadores.

Pfeiffer, R. F. (2016). Non-motor symptoms in Parkinson’s disease. Parkinsonism & related disorders, 22, S119-S122.

Jeimmy Garcia
Neuróloga especialista en desórdenes del movimiento.
Clínica Nueva el Lago