Su nombre es Tatiana Mora, tiene 32 años y una hija de 11; se desempeña como Auxiliar de Enfermería en Escanografía en una de nuestras sedes en Cali desde hace más de 1 año.

Fue diagnosticada con cáncer gástrico en diciembre de 2018, luego de luchas con su EPS y con los síntomas que día a día la debilitaban, logró superar con fuerza y valentía esta etapa de su vida. Hoy, desde nuestra organización queremos compartir contigo su historia para que no pierdas la esperanza si tú, o alguien cercano a ti, está padeciendo esta enfermedad.

#UnidosVencemosElCáncer

Esta es su historia:

Síntomas como gastritis y fuertes dolores en la parte superior de su abdomen aparecieron hace casi 3 años, estos síntomas empezaron a atormentarla y a limitar sus actividades diarias; ella es alérgica a los opioides – medicamentos para el dolor -, por lo que controlarlos se hizo casi imposible.

Durante esta época trabajaba con gastroenterólogos, quienes le ayudaron en diversas oportunidades con la toma de Endoscopias y un tratamiento para Helicobacter Pylori, bacteria que reaparecía con síntomas mucho más fuertes luego de determinado tiempo de mejoría. Los resultados de los demás estudios que se realizó siempre arrojaron que se encontraba dentro de los limites normales, nunca apareció nada que la hiciera sospechar de la presencia de cáncer y menos en tan poco tiempo.

“Los médicos gastroenterólogos me apoyaron y realizaron todos los procedimientos sin cobrarme. Lamentablemente mi EPS no fue de mucha ayuda. Pasé 2 años consultando repetitivamente por urgencias, con fuertes dolores y vómitos, ellos solo controlaban los síntomas porque no lograban hacer que el dolor se fuera”

Tatiana pidió insistentemente la realización de un TAC de Abdomen Total con Doble Contraste – estudio de imagen diagnóstica que ayuda a detectar la causa de dolores abdominales al que no se le ha encontrado una explicación –, pero su EPS se negaba a ordenarlo, argumentando que no había ninguna razón justificable para realizarlo ya que los resultados de las Endoscopias eran normales. Los síntomas empeoraron y Tatiana sufrió por 2 años más de un dolor crónico que jamás desapareció, “en los peores días sentía que iba a morir, vomitaba sin parar, no imaginaba mi vida sin dolor y no lograba recordar cómo era tener una vida normal…”

Los síntomas se hicieron insoportables y su vida se derrumbaba, siempre que salía debía llevar una ampolla y una ranitidina para inyectársela cuando empeoraban los síntomas, se aisló de sus amigos y el trabajo se hacía tedioso con el dolor, además, perdió mucho peso.

“Los médicos de mi EPS seguían afirmando que no tenía nada, que los estudios eran normales y llegaron a sugerir que mi caso se debía a estrés y que posiblemente era una persona ansiosa”

Tatiana se resignó a vivir con el dolor e intentaba llevar una vida normal, pero durante los meses de noviembre y diciembre del año 2018, sintió 4 mareos muy fuertes y los relacionó inmediatamente con anemia, se asustó demasiado porque, gracias a su experiencia y conocimiento como Auxiliar de Endoscopia Digestiva y en Gastroenterología, sabía que solo este síntoma faltaba para confirmar sus sospechas. Se apresuró y se dirigió a urgencias para tomarse un Hemograma – estudio de laboratorio clínico que realiza un recuento de glóbulos blancos y rojos además de plaquetas –, con estos resultados pudo confirmar que efectivamente tenía anemia, se comunicó con un amigo suyo, gastroenterólogo, quien le dijo que se preparara para la toma de una Endoscopia y Colonoscopia.

“No tuve que pagar un solo peso por estos estudios, en eso creo que fui muy afortunada, sabiendo como es el sistema de salud en este país, tuve el privilegio de tener a alguien como él para apoyarme, creo firmemente que esa es la razón por la cual hoy estoy con vida”

Los resultados de esa Endoscopia mostraron una pequeña lesión ulcerada de 4 cm y desde el área de Patología indicaron que era un carcinoma de tipo difuso, luego de estos resultados, Tatiana tuvo que sufrir tres veces más los fuertes dolores abdominales, vomitaba sangre y ya no podía consumir casi ningún tipo de alimento, además llegó a pesar 42 kilos.

En 3 oportunidades, Tatiana se dirigió a la clínica para que le ayudaran, allí le realizaron un TAC de Abdomen en el que salió todo normal, no tenía masas que indicaran metástasis, esto le dio esperanza, sin embargo, el dolor era inmanejable. No la hospitalizaban argumentando que, aunque sabían que la conducta era quirúrgica, los oncólogos estaban de vacaciones. Tuvo que pasar la peor navidad y año nuevo que pudiera recordar, estuvo acostada en un sofá, muriendo de dolor, vomitando sangre y pensando que ya todo había acabado.

Para el mes de enero de 2019, sin fuerzas y sabiendo que su EPS no iba a hacer nada, Tatiana decidió ir a una reconocida clínica de la ciudad de Cali, allí le abrieron las puertas y la hospitalizaron inmediatamente, en menos de 2 horas ya estaba siendo atendida por un cirujano oncólogo, quien le haría todos los estudios requeridos, le ayudaría a ganar peso y adicionalmente la remitiría con Medicina del Dolor.

“Sentí que había esperanza para mí y por un momento fui feliz”

Lastimosamente, esa noche, la Enfermera Jefe le informó que la EPS no había autorizado su hospitalización y que debían remitirla a la clínica indicada por la entidad, esa misma que en varias oportunidades le había negado su hospitalización y en la que todos los oncólogos estaban de vacaciones. Para Tatiana toda esta situación le hizo sentir que su mundo se caía, que su esperanza se hacía pequeña…

Pero, como buena luchadora, sacó fuerzas para seguir lidiando con su única oportunidad de vivir: se negó a ser remitida y no firmó los documentos en donde asumiría todos los costos de su tratamiento. Al día siguiente, su mamá tramitó una tutela contra su EPS, que fue aprobada directamente por un juez, en donde obligaba a su EPS a autorizar todo lo que ordenara la clínica en la que se encontraba, y, otra a la clínica, para que hicieran todo lo que fuera necesario para salvaguardar su vida.

Después de esto todo el proceso fue maratónico, Medicina del Dolor ordenó un procedimiento llamado Hidrólisis del Plexo Celiaco en donde cauterizaron el nervio que rodeaba su estómago, esto fue de gran ayuda porque el dolor que por más de 2 años la había acompañado desapareció totalmente así como el vómito y el temor a morir.

El 16 de enero del 2019, Tatiana fue operada, le realizaron una gastrectomía total, con vaciamiento ganglionar. El post operatorio fue lo más difícil, su alergia a opioides hizo que no pudiera recibir ningún tipo de analgésico y estuvo internada en la UCI unos días, pero poco a poco pudo recuperarse…

“Después de 11 meses de incapacidad regresé a mi trabajo, recibí mucho amor y una gran acogida por parte de mis compañeros; trabajo feliz y agradezco cada oportunidad de servirle a los demás, ¡ser de apoyo y ejemplo para otros me hace sentir que todo valió la pena!”

Para Tatiana, el cáncer es un proceso amoroso que se debe abrazar y agradecer, hoy en día, nuestra organización cuenta con orgullo su historia y sobre todo con el amor, la empatía y acompañamiento que ella ofrece a cada uno de los usuarios, ya que como ella misma menciona, todo este proceso me hizo más fuerte y aunque siempre he tratado de ser humana y ser empática con mis pacientes, esto ha hecho que sea mucho más amorosa y pueda acompañarlos desde la experiencia, entendiendo el dolor y sus temores.

Además de que nos contara su historia, quisimos preguntarle otras cositas, aquí te las compartimos:

¿Qué papel tuvo tu familia?

Mi familia fue un pilar importantísimo, mis hermanas, que viven fuera país, llegaron para apoyarme y cuidarme, no solo a mi sino también a mi hija, esto hizo que todo el proceso fuera más fácil.

La Organización también fue muy compresiva, mis jefes y compañeros fueron muy atentos.

¿Qué aprendizaje trajo consigo el cáncer?

Aprendí a pensar en mí, en cuidarme y hacer las cosas que siempre quise pero que había dejado para después.

¿Qué cambiaste en tu vida?

Modifiqué mi alimentación, poco a poco aprendí qué alimentos me hacen bien y cuales debía ir eliminando, pero no me restrinjo mucho, realmente como lo que me gusta.

Poco a poco retomé la actividad física, volví a nadar y algunas veces corro, aunque no ha sido fácil.

Poco a poco estoy ganando peso y me siento más fuerte, lo mejor de todo es sentirme sana, ¡no hay dolor!

¿Tienes algún mensaje para las personas que están padeciendo algún tipo de cáncer?

Le diría a esas personas que están atravesando por este proceso o que tienen algún conocido padeciendo de cáncer, que hay esperanza, que vale la pena creer y sobre todo que escuchen a su cuerpo. Que luchen y busquen la forma de apoyarse en sus familiares y amigos, no están solos, esto es solo un proceso.

El cáncer no es sinónimo de muerte, es sinónimo de amor, de gratitud y de crecimiento. Abracen la enfermedad, creo que el cáncer llega para enseñarnos algo y es misión de cada uno entender qué es.

No hay situaciones buenas o malas sólo hay situaciones y depende de nosotros decidir si es buena o no. En mi caso, una situación negativa me hizo sacar lo mejor de mí, por esto creo que es la mejor situación que me ha pasado y estoy convencida de que lo es también para mi familia. Somos más fuertes y hemos crecido en todos los aspectos, vemos la vida con mejores ojos.

¿Algo más que quieras compartir con nuestros lectores?

Deseo que todas las personas que hoy tienen algún tipo de cáncer logren andar ese bello camino y encuentren su propósito en medio de la situación, no hay que luchar contra el cáncer, no creo que sea una pelea o una competencia, creo que hay que abrazar la enfermedad y caminar de la mano con ella.